domingo, 6 de abril de 2014

Curiosidades de la Mona Lisa




Al igual que la identidad de la modelo, no son pocos los misterios y curiosidades que he encontrado sobre la creación de la figura de la Mona Lisa. Estudiosos como Brian Swell vieron que Mona Lisa no tiene cejas ni pestañas siguiendo la costumbre de las florentinas en aquella época de rasurarse este vello. De igual manera, hay muchas especulaciones sobre su mirada: esta imagen se ve muy real porque da la sensación de mirar a sus observadores directamente a los ojos desde cualquier ángulo.En cuanto a su sonrisa, hay varias hipótesis. Se cuenta que para que Leonardo lograra la sonrisa de la Gioconda, pedía que alguien tocara o cantara a su alrededor, o que varios bufones le alegraran para alejar la melancolía que suele transmitir la pintura de retratos. Se le ha llamado la "media sonrisa", y en 1992 el doctor J.E. Borkowski aseguró que "el gesto es similar al de las personas que han perdido sus incisivos o que padecen de bruxismo", un hábito que lleva a rechinar los dientes por estrés o por sueño. Sin embargo, la teoría que más llama la atención fue la de Margaret Livingstone, una experta en percepción visual, quien explicó que la enigmatica sonrisa es "una ilusión que aparece y desaparece debido a la peculiar manera en que el ojo humano procesa las imágenes". Cuando el artista pintó la Mona Lisa, logró el efecto de que la sonrisa desaparezca al mirarla directamente y sólo reaparezca cuando la vista se fija en otras partes del cuadro.
El ojo humano tiene una visión central, muy buena para reconocer los detalles, y otra periférica, mucho menos precisa pero más adecuada para reconocer las sombras. Da Vinci pintó la sonrisa de la Mona Lisa usando unas sombras que vemos mejor con nuestra visión periferica. Por eso para ver sonreír a la Mona Lisa hay que mirarla a los ojos o a cualquier otra parte del cuadro, de modo que sus labios queden en el campo de visión periférica.
Incluso hay expertos que han querido dar explicación a la razón por la cual sonreía, tal como lo hizo un profesor de la Universidad de Yale, quien sostiene que esta mujer sonreía porque estaba embarazada. Para fundamentar su teoría, analiza su cara y sus dedos, sin anillos e hinchados como los de una mujer en gestación. También tiene en cuenta la manera en que sostiene sus manos sobre la tripa, gesto típico en las embarazadas.

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